La intervención se realiza en una vivienda indígena recreada, panelando su interior y elaborando in situ un mural contínuo de 60 metros cuadrados con pintura acrílica.
En Templo de la Memoria culminan 3 líneas de trabajo del autor: "memoria de un lugar"; "memoria del ser" y "memoria vegetal".
Así reúne, en una única superficie, la memoria de las ciudades superpuestas; los paisajes neuronales de su trayectoria vital; y el legado de hongos y bacterias que nos sostienen sobre la tierra, convirtiendo el interior de esta vivienda en una duramadre sobre la que Guerra vuelca su reflexión acerca de la pintura.
Actividad gratuita.
Entrada libre hasta completar aforo.