Valentina se escapa del orfanato el día de su cumpleaños para ir en busca de su regalo más deseado: quiere tener unos padres. Valentina quiere formar parte de una familia. Quiere ser una niña normal. En su fuga, lleva consigo algo de lo que jamás se desprende: “El Gran Libro del Porqué de Todas las Cosas”. “El Gran Libro” explica, por ejemplo, cómo se forman las montañas o por qué la lluvia a veces es agua y a veces hielo; pero hay muchas otras cosas que Valentina quiere saber... Leo, su gran amigo, escapa con ella. No quiere quedarse solo.
Ambos se quedan dormidos sobre una gran piedra del bosque, después de pedir a la Luna el deseo de Valentina. Pero algo les despierta. Es la piedra, que se mueve... No, no es una piedra. Es un burro. ¿Un burro? ¡Un burro que habla! “Hola, me llamo Platero. Soy pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera que se diría que soy todo de algodón, que no llevo huesos. Pero llevo huesos. Y sé volar”. Valentina, Leo y Platero comienzan entonces una aventura que les llevará a conocer los secretos del Cielo, la Tierra y el Mar, mientras el señor Ruipérez y su ayudante Sancho les perseguirán incansablemente para que regresen de vuelta al orfanato.
En este viaje los protagonistas se darán cuenta de que no todo es lo que parece, y de que los sueños son tan poderosos que, si creemos fuertemente en ellos, pueden convertirse en realidad.
Un burro volando es un viaje a la imaginación a través del recorrido que plantea Juan Ramón Jiménez en su relato lírico. Este conjunto de poemas en prosa nos sirve de base para crear una historia teatral, una trama nueva en la que los niños y Platero emprenden un viaje dentro de su propio pueblo, de su propio universo. Las nubes y el paisaje son los elementos cambiantes de este juego de proyecciones
donde las palabras adquieren un valor casi mágico.
Producciones Clapso
Versión: Irma Correa
Dirección: Quino Falero
Con Rosa Escrig, Luis Rodríguez, Maykol Hernández, Octavio García e Iriome del Toro.
Recomendado de 5 a 12 años
